domingo, 18 de marzo de 2018

¿Ya está todo inventado?

Ser original es dificil, pero no imposible. Cada persona tiene un punto de vista diferente sobre las cosas y  para conseguir una obra acorde a nuestra personalidad debemos conocernos y exprimir nuestro yo más profundo. Dicho así... parece fácil. Definitivamente no lo es.

La imaginación es lo más importante para no caer en una espiral de tópicos que recreen estructuras clásicas exprimidas hasta la aburrición. Un artista utiliza su visión de mundo para contar una historia sin pensar en la repercusión que tendrá en los demás sino en sí mismo, por lo tanto utilizará una estructura personal que no tendrá porqué coincidir con lo convencional.
La clave de esta libertad mental se basa en despojar toda influencia artística para conseguir una versión pura de ti mismo, aunque esto no es trabajo de días.

Todo el mundo es capaz de escribir una historia que se ha escrito mil veces pero solo un buen artista puede renovarla haciendo que forme parte de su mundo interior.
Pongamos un ejemplo:

Eraserhead es una película de David Lynch que cuenta la historia de un adulto con una mentalidad cruda que deja embarazada a su pareja y tendrá que decidir si ejercer como padre o huir.
Una historia simple que ya hemos visto repetidas veces tanto en el cine como en la vida real, pero ¿Lynch la cuenta así? ¿Te acabas de enterar ahora mismo de que la pelicula trata sobre eso a pesar de haberla visto en alguna ocasión? Puede ser.
En concreto, ésta película expresa mediante escenas surrealistas los pensamientos del protagonista eclipsando la continuidad de la historia, haciendo que el film consiga ser original teniendo una reiterada historia.

Cuando veas algo así pide un deseo, ya que a dia de hoy es tan dificil dar con ello que es como ver una estrella fugaz. 

Estamos rodeados de guionistas que se autodenominan "artistas" con una imaginación nula y la mentalidad altamente influenciada por lo que llamamos pensamiento ejecutivo.
Éste pensamiento es aquel que nos hace creer que una historia es mejor con unos elementos clave como podría ser un romance metido con calzador (generalmente innecesario) o un personaje secundario chistoso que haga bromas en momentos inoportunos de la trama. Toda persona que vea la televisión o esté al dia de las peliculas de los Vengadores tendrá adherido a su mente artística un saco enorme de convencionalismos del cual le costará desprenderse. Gran parte de nosotros entramos en éste grupo de personas, inconscientemente.

En conclusión, el trabajo más duro de un artista es conseguir llegar a la esencia de nuestra creatividad, para poder crear historias con una marca personal e única que nos represente como individuos.

Espero que esto os haya motivado a crear alguna pieza única y a desprenderos de vuestro propio saco.
¡Nos vemos en el próximo post!

Os anexo un pequeño corte de un clip de animación de Koko the Clown en rotoscopia, una técnica que utilizaba fotos como base para crear la animación fotograma a fotograma. Unos años antes de crear esta técnica, seguramente su inventor pensó alguna vez que "ya está todo inventado".


Boop oop a doop...

miércoles, 7 de marzo de 2018

¿Buena historia = Éxito?

Para hablar de éste concepto tenemos que recordar que solo nos referimos al formato cinematográfico de la animación.

Introduciremos el tema con una pequeña definición de "animación":
 "La animación es un proceso utilizado por uno o más personas animadoras para dar la sensación de movimiento a imágenes, dibujos u otro tipo de objetos inanimados. Se considera normalmente una ilusión óptica."





Y volviendo a lo importante, ¿es una buena historia sinónimo de éxito? 
La respuesta es NO. El éxito en animación no tiene porqué rodearse de una buena historia, sino que se compone de muchos ingredientes para conseguir el resultado final.
El dibujo, el movimiento de los personajes, efectos de sonido, música, actuación y voz son un cóctel para conseguir una buena animación. 

Un buen narrador eclipsa cualquier historia, sea buena o mala, si se consigue un buen narrador hasta la historia más simple conseguirá captar la atención del público. Como narrador no se refiere estrictamente a una persona que narra, sino a la manera de contar aquella historia. 

Como ejemplo pondré una animación de los Fleischer en el año 1930 (¡que es una de mis preferidas!)



En éste corto vemos que la historia es simple, Betty Boop es perseguida por el fantasma de "Bimbo" del que se acaba enamorando. 
Hay cientos de historias con esa premisa que hoy en dia siguen exprimiéndose, pero lo característico de éstas animaciones es que el concepto de "historia" que tantos ansiamos en el cine, no es algo importante sino que adapta un segundo plano que no compite con la animación de Bimbo entrando en la casa con una forma etérea, que aparte de tener un trabajo impecable es divertida y lo más importante, entretenida. 
La manera de moverse, las ideas disparatadas y la maravillosa música crean seis minutos deliciosos.

Espero que hayáis podido desmentir por vosotros mismos este mito.
¡Para el próximo post hablaré sobre el guión gráfico y las ideas!
Boop oop a doop!

domingo, 4 de marzo de 2018

¡Bienvenidos al desastre!

Ésta es una de esas veces en las que no sabes qué decir. Supongo que podría comenzar diciendo que ésto no es diario, tampoco es un rincón donde contar historias ni ponerte al dia sobre las noticias.

Pero entonces, ¿qué es?

Las personas que me conocen saben que soy totalmente autodidacta en ésto del dibujo, en realidad todo dibujante es autodidacta a no ser que calque sus obras pero eso eliminaría (en mi opinión) la magnificante opción de poder llamarse artista.
A los 16 comencé una exhausta etapa, aquel llamado "bachiller artístico" que ocuparía 3 años de mi vida. Considero aquellos años como perdidos ya que la evolución de mis dibujos no fue una característica remarcable. Invertir siete horas al dia a dibujar en cajas, bodegones y artefactos que jamás te darían una satisfacción creativa no entraba en mis planes, ya que condisideraba más importante el encontrarme a mi misma y poder expresarme con el lápiz creando así formas imposibles, manos con tan solo cuatro dedos, ojos alargados y narices desproporcionadas.
Cuando predeciblemente decidí abandonar mis estudios, pasé un año sin dibujar. Estaba agotada artísticamente y lo poco que pude crear formó a ser de la propiedad del colegio. Por si no lo sabéis, el instituto al que fuí te hacia firmar un papel donde cedías todos los derechos de las obras que realizases en sus clases. El primer año firmé (creo que ni siquiera leí el papel) pero tras el descontento de uno de los alumnos sobre éste absurdo contrato decidí leerme los papeles antes de firmarlos. ¡Era una locura! ¡Se supone que el colegio quiere hacerte mejorar, no exprimirte hasta sacar lo mejor de ti y despues dejarte con las manos vacías! ¿Sorprendente? Para nada.

Un año sin dibujar es mucho tiempo. Dicen que es un don que no se olvida pero volver a coger un lápiz fue una decisión aterradora. Sentarse frente un papel en blanco despues de tener la sensación de que deberías dedicarte a otra cosa es dificil y tocar un HB solo me hacía recordar mis suspensos en plástica (los cuales empezaron prematuramente con tan solo 9 años, mientras mi profesora me decía que no podía ser dibujante y que tenía que ser más realista con mis metas en la vida) y aquellos árboles a tinta china que más que naturaleza asemejaban mazorcas chamuscadas. Definitivamente, fueron años de involución.

Más adelante, me dediqué a pintar superficies. El papel solo lo utilizaba cuando se alineaban los planetas y coincidíamos en el mismo espacio: tomar apuntes siempre fue una buena excusa para hacer unos sucios bocetos. Pinté bicicletas, gorras, camisas y todo tipo de superficie que no fuera un A4.
Me iba bien y gané dinero por mis trabajos. La gratitud de la gente y la sorpresa de que les entusiasmase mi trabajo era de lo más reconfortante. Ésto hizo que la rueda de la creatividad comenzase a girar de nuevo.
Al cumplir los 18 descubrí el mundo del tatuaje y conocí artistas estupendos que me marcaron tanto la piel como el alma. Sus experiencias me animaron a volver al papel y recobrar aquel pasatiempo que por entonces estaba más que apartado de mi camino. 

Se puede decir que dibujo con perseverancia desde hace relativamente poco. De pequeña tuve ese hobbie y aunque estuvo unos años en stand-by volvió para convertirse en una de mis grandes pasiones. No puedes escapar de aquello que deseas aunque haya gente empeñada en hacerte creer lo contrario.

Hoy en dia tengo mi Instagram activo desde hace un año y medio al que solo le dedico un espacio merecido a mis dibujos y desde entonces tomo el papel y el lápiz al menos una vez al dia. A veces sale basura y otras cosas decentes pero eso me ocurrirá toda la vida.
En otro orden de cosas, sigo estudiando de manera independiente a cualquier escuela. La historia del arte, la mitologia, el castellano y otros idiomas, el cine y el dibujo son asignaturas vívidas en contínuo aprendizaje para mi, sin buscar un título por ello, tan solo mi propio enriquecimiento personal.


Después de decir que ésto no era un blog para contar historias e inevitablemente haberos contado una, llego al final. ¿Cuál es el propósito de éste blog?
Con este espacio quiero manifestar todo lo que aprenda en mi nueva e independiente aventura educativa: la animación 2D y la expresión cartoon. Me estoy sumergiendo en un mundo muy interesante que me gustaría compartir y así que aprendáis conmigo. Constará de pequeños artículos con mis apuntes sobre el tema e intentaré explicar lo mejor que pueda todos estos conceptos tan retraídos de la animación. 

Mi nombre es Uve Barker y finalizando ésta entrada, ¡comienza nuestra aventura!


Autorretrato, Uve Barker 2018